La economía de México sorprendió positivamente al inicio de la segunda mitad del año, mostrando un crecimiento del 2% anual en julio, gracias al sector primario, que se benefició de mejores condiciones climáticas. Sin embargo, los analistas advierten que esta mejora podría no sostenerse en los próximos meses debido a la volatilidad del campo y al moderado rendimiento esperado de la industria y los servicios.
Según datos del INEGI, el crecimiento de la economía subió del 1.3% en junio al 2% en julio, con las actividades agropecuarias experimentando un aumento significativo del 12.5%, su mayor incremento desde 2016 y el primero tras tres meses de caídas. Por otro lado, las actividades secundarias, correspondientes al sector industrial, avanzaron un 0.6% anual, manteniendo una tendencia de crecimiento bajo, mientras que las actividades terciarias, que incluyen servicios y comercio, crecieron un 2.2%.
A pesar de los resultados positivos, las proyecciones indican que la economía podría desacelerarse debido a una cautela en el consumo y en la industria. Francisco Campos, economista en jefe para América Latina de Deutsche Bank, comentó que el gasto de los consumidores probablemente seguirá una tendencia a la baja por factores como la reducción en el gasto de los hogares y el debilitamiento del mercado laboral.
Andrés Abadía, de Pantheon Macroeconomics, también señaló que aunque los datos de julio son alentadores, existen riesgos significativos que podrían afectar el crecimiento, incluyendo desafíos en la demanda interna y condiciones externas complicadas. De enero a julio, la economía creció un 2.1% anual, inferior al 3.4% registrado en el mismo período del año pasado, siendo esta la cifra más baja desde 2020.
El sector primario, a pesar del repunte, mostró una caída de 0.6% en su actividad anual. Citibanamex prevé un crecimiento del PIB de solo 1.3% para 2024, considerando la debilidad en la demanda externa y la caída proyectada en el gasto público.
En términos mensuales, la economía creció un 0.6% en julio, manteniendo tres meses de incrementos, aunque los analistas coinciden en que no hay catalizadores claros que permitan una aceleración significativa en la actividad económica durante la segunda mitad del año. Alejandro Saldaña de Ve por Más advirtió que la transición gubernamental podría paralizar algunos indicadores, afectando el gasto público y que los efectos se sentirán en 2025.
La perspectiva para el cierre del año se muestra complicada, con una pérdida de fuerza en el consumo y un sector externo inestable. Los analistas están a la expectativa del Paquete Económico 2025 y consideran que existe el riesgo de experimentar un trimestre con variación negativa, ya sea al final de este año o a comienzos del siguiente. La preocupación se centra especialmente en las actividades secundarias, en particular en el rubro de las manufacturas.