El consumo privado en México enfrenta un menor ritmo de crecimiento en el tercer trimestre del año, y las proyecciones indican que seguirá disminuyendo, debido principalmente a la debilidad del mercado laboral y al limitado aumento en los ingresos de los hogares.
Según las estimaciones del Indicador Oportuno del Consumo Privado (IOCP) del INEGI, se prevé un crecimiento de 2.7% anual en agosto y una desaceleración a 1.8% anual en septiembre, de acuerdo con datos ajustados por estacionalidad. De confirmarse esta cifra, sería el nivel más bajo en 43 meses, desde febrero de 2021, cuando el consumo cayó un 5.7% anual en plena pandemia, según el Indicador Mensual de Consumo Privado en el Mercado Interior (IMCPMI).
En el tercer trimestre, el crecimiento del consumo podría alcanzar un 2.6% anual, el nivel más bajo desde principios de 2021. El IOCP habría registrado 112.25 puntos en septiembre, ligeramente por debajo de los 112.35 puntos de agosto, pero superior a los 111.23 puntos reportados en enero.
La desaceleración en el consumo ocurre en un contexto en el que la inflación ha mostrado signos de moderación en los últimos meses, ubicándose en 4.58% anual en septiembre. Sin embargo, los servicios, que presentan una tasa de 5.10% anual, siguen ejerciendo presión inflacionaria.
Además, en términos mensuales, el consumo privado mostró un aumento del 0.2% en agosto, seguido de una caída del 0.1% en septiembre, la primera disminución desde mayo de este año.
Al inicio de 2024, se esperaba que el consumo continuara siendo uno de los principales motores de la economía, como lo fue en 2023. No obstante, el aumento de la inflación en los primeros meses del año y la cautela generada por las próximas elecciones frenaron las expectativas optimistas de los hogares. En el periodo de enero a septiembre, el crecimiento promedio anual del consumo fue del 3.2%, por debajo del 5.1% registrado en el mismo periodo del año anterior.
Analistas de Citibanamex pronostican que el consumo seguirá desacelerándose en lo que resta del año, debido a la creciente debilidad del mercado laboral, el menor aumento de los ingresos familiares, la reducción del impulso fiscal y las altas tasas de interés. Asimismo, Banco Base señala que los principales riesgos para el consumo incluyen la incertidumbre política, la baja creación de empleo, el aumento en la cartera vencida de créditos al consumo y el deterioro de las expectativas económicas.
Para 2024, se espera un crecimiento del consumo del 2.7% anual, y para 2025, una desaceleración a 1.2%, en línea con el crecimiento proyectado del PIB de 1.3% para 2024 y 0.8% para 2025.