El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha advertido sobre un bajo crecimiento económico global en el mediano plazo, en un contexto de menores ingresos fiscales que complican la lucha contra la pobreza y la transición hacia economías verdes y digitales. Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, destacó la necesidad de que los gobiernos optimicen el uso de los recursos y formulen políticas económicas claras para ganar la confianza de la población y facilitar las reformas necesarias.
Durante su discurso inaugural en la Reunión Anual de Otoño del FMI y el Banco Mundial, Georgieva instó a los gobiernos a consolidar sus presupuestos de manera gradual y creíble. Esto implicaría, según ella, tomar decisiones difíciles sobre cómo aumentar los ingresos y mejorar la eficiencia en el gasto público, priorizando aquellas políticas que generen confianza entre los ciudadanos.
La directora del FMI también subrayó que el panorama del crecimiento económico global es desigual. Mientras algunas economías como India y ciertas partes de Europa presentan un desempeño positivo, la tendencia general apunta a un crecimiento débil. A pocos días de la publicación de las proyecciones económicas mundiales, Georgieva señaló que existen varios desafíos que agravan la situación económica: precios altos persistentes, tensiones geopolíticas crecientes, políticas comerciales proteccionistas y un alto nivel de endeudamiento público que limita el margen de maniobra para el gasto en desarrollo y combate a la pobreza.
Ante este escenario, el FMI propone que los gobiernos impulsen reformas laborales que mejoren las habilidades de los trabajadores, movilicen capital productivo y aumenten la productividad. En este sentido, Georgieva indicó que las barreras que dificultan la inversión, como los entornos de inversión deficientes y mercados de capital poco desarrollados, deben eliminarse para maximizar los beneficios económicos. Además, destacó la importancia de mejorar la gobernanza, reducir la burocracia y fomentar el uso de tecnologías como la inteligencia artificial para aumentar la productividad. Un mayor y más eficiente gasto en educación, investigación y desarrollo también es clave para este objetivo.
El FMI también ha enfatizado la necesidad de reformas fiscales que permitan a los gobiernos ampliar sus ingresos y así poder impulsar el desarrollo. Sin embargo, el ritmo de las reformas ha disminuido desde la crisis financiera global, mientras que las medidas proteccionistas y el aumento del gasto en seguridad nacional han ganado terreno.
