La Reserva Federal de Estados Unidos tomó su primera decisión de política monetaria tras la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales. El 7 de noviembre, la Fed decidió reducir su tasa de interés en un cuarto de punto porcentual, dejándola en un rango de 4.5-4.75 por ciento, tal como anticipaban los mercados.
Este ajuste sigue a una reducción más amplia de medio punto realizada en septiembre. En su comunicado, el Comité explicó que los riesgos para alcanzar sus metas de empleo e inflación estaban equilibrados, aunque reconocieron que las perspectivas económicas seguían siendo inciertas. Por ello, la Fed se mostró atenta a los riesgos tanto positivos como negativos para su doble mandato.
El segundo mandato de Trump podría complicar las decisiones de la Fed. Las políticas propuestas por el presidente electo, como los aranceles a México y la deportación masiva de inmigrantes, podrían generar aumentos en los precios, los salarios y el déficit federal, lo que dificultaría el control de la inflación. La Fed busca reducirla al objetivo del 2 por ciento, mientras mantiene la estabilidad del mercado laboral. Además, las decisiones de la Reserva Federal podrían estar bajo mayor escrutinio, dado el historial de Trump de criticar públicamente a la institución.
En cuanto al tono del comunicado, la Fed eliminó una línea en la que anteriormente manifestaba confianza en que la inflación se estaba acercando de manera sostenible al 2 por ciento, aunque reconoció que ha progresado en esa dirección. Asimismo, modificó ligeramente su lenguaje respecto al mercado laboral, destacando que, aunque las condiciones laborales se han relajado y la tasa de desempleo ha aumentado, esta sigue siendo baja.
