El crédito de consumo en México continúa su crecimiento, aunque se observan signos de moderación en ciertos segmentos debido a la situación económica. Según datos del Banco de México, el crédito de consumo registró un aumento del 12.7% en términos reales durante septiembre, extendiendo su racha positiva de 33 meses consecutivos de incrementos anuales.
James Salazar, subdirector de análisis económico en CIBanco, destaca que el crecimiento en la demanda de este tipo de créditos refleja el intento de muchas familias de mantener un nivel de ingreso disponible, compensando la pérdida de poder adquisitivo debido a la debilidad del mercado laboral y la inflación. Así, aunque el consumo no ha mostrado un crecimiento paralelo, los créditos de consumo se han vuelto una herramienta clave para preservar la capacidad de gasto.
El desglose del crédito muestra comportamientos variados. En el caso de las tarjetas de crédito, el crecimiento se moderó al 7.6% anual en septiembre, mientras que el crédito de nómina también desaceleró su avance, creciendo solo un 4.6%. Sin embargo, el crédito para bienes de consumo duradero, especialmente el automotriz, se disparó un 38.7%, el nivel más alto registrado desde 2012. De enero a septiembre, el crédito para la compra de vehículos nuevos alcanzó el 70% de las ventas totales, destacando la fortaleza del crédito automotriz.
Por otro lado, los créditos personales también mantuvieron un crecimiento constante, subiendo un 8.4% en septiembre. La cartera total de crédito vigente mostró un incremento del 7.1% anual, alcanzando los 6.56 billones de pesos, de los cuales el 24.4% corresponde a consumo, el 52.1% a empresas y el 21.2% a vivienda.
Irasema Dagnini, analista económica, advierte que esta moderación puede señalar una desaceleración más marcada en el futuro, dado que las empresas han comenzado a reducir su uso de crédito pese a una posible baja en las tasas de interés. En tanto, el crédito a la vivienda creció un 2.8% anual en septiembre, acelerándose respecto al mes anterior.
Alberto Ramos, director de investigación macroeconómica para América Latina en Goldman Sachs, sugiere que en el futuro la demanda de crédito podría verse afectada por las altas tasas reales y la incertidumbre política. Sin embargo, con una menor tasa de interés y un marco económico estable, el financiamiento podría seguir siendo una herramienta importante para el crecimiento.