La renegociación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) representa uno de los mayores retos para el gobierno de Claudia Sheinbaum en los próximos años. Con Donald Trump de regreso a la presidencia de Estados Unidos, México podría enfrentar grandes riesgos económicos si las negociaciones no se manejan adecuadamente.
Un obstáculo clave para México será Robert Lighthizer, quien podría ser nuevamente nombrado representante comercial de EE. UU. Lighthizer fue el encargado de imponer aranceles del 60% sobre todos los productos chinos y de promover tarifas universales de entre el 10% y el 20% a otros países. Además, durante su campaña presidencial, Trump amenazó a México con aranceles adicionales si no resolvía el problema migratorio y advirtió con imponer tarifas de hasta el 100% a los vehículos fabricados en México, como una medida para frenar la entrada de autos chinos a su país.
El regreso de Trump a la Casa Blanca podría fortalecer aún más su influencia en el Congreso de Estados Unidos, pues contaría con el apoyo del Senado y la Cámara de Representantes. Esta situación incrementa el riesgo para México, que podría verse afectado no solo por políticas económicas restrictivas, sino también por posibles intervenciones en temas de seguridad nacional, como el uso de drones para la captura de narcotraficantes en territorio mexicano.
Ante este panorama, el gobierno mexicano se prepara para enfrentar las amenazas de Trump con “sangre fría e inteligencia”, como aseguró Marcelo Ebrard, secretario de Economía. Ebrard también señaló que imponer altos aranceles a las exportaciones chinas podría afectar a las empresas estadounidenses que operan en México, especialmente en la industria automotriz.
El funcionario mexicano remarcó que el T-MEC beneficia a ambas naciones, subrayando que las exportaciones de México a Estados Unidos crecieron un 6.5% entre 2023 y 2024. Sin embargo, advirtió que una confrontación arancelaria no sería beneficiosa para ninguno de los dos países.