La inflación en Argentina se desaceleró a 2.7% en octubre, el nivel más bajo desde 2021, marcando un logro significativo para el gobierno de Javier Milei, quien asumió el poder hace casi un año prometiendo superar la grave crisis económica del país. El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) reveló esta cifra el martes, destacando que en septiembre la inflación había sido de 3.5%.
A pesar de que la inflación anual sigue siendo alta, con un 193% en octubre en comparación con el 209% de septiembre, la caída en la tasa mensual representa una victoria para el gobierno libertario. Milei ha enfatizado esta disminución de precios como un avance clave en su lucha contra la crisis económica más profunda de Argentina en más de dos décadas.
Cuando Milei asumió la presidencia en diciembre, la inflación mensual alcanzaba un alarmante 25%. Aunque ha disminuido desde entonces, las dificultades persisten para muchos argentinos, que enfrentan una vida diaria afectada por las reformas económicas radicales, como la eliminación de subsidios energéticos.
El gobierno de Milei comenzó con un ajuste fiscal y monetario severo, que incluyó una devaluación abrupta del peso argentino en diciembre de 2023. Estas medidas y la caída del consumo han ayudado a moderar la inflación, especialmente desde mayo, cuando la política de “emisión cero” y la estabilidad cambiaria comenzaron a mostrar resultados positivos.
Lautaro Moschet, economista de la Fundación Libertad y Progreso, comentó que se espera que la desaceleración de la inflación continúe debido a la estabilidad del tipo de cambio y las políticas coordinadas del Banco Central y el Tesoro.
A pesar de la desaceleración, la inflación acumulada en los primeros diez meses de 2024 fue del 107%, y la tasa mensual de octubre se acerca al objetivo del gobierno de alcanzar una “inflación inducida” de 2.5% mensual. Esto se compone de la devaluación mensual del peso y la inflación internacional que afecta la economía local. Según el ministro de Economía, Luis Caputo, la convergencia de la inflación con esta “inflación inducida” marca una victoria en la lucha contra las restricciones cambiarias, conocidas como el “cepo”, que limitan el acceso al mercado de divisas.
Caputo también destacó que el levantamiento del cepo dependerá de cumplir otras condiciones, como reducir las deudas del Banco Central y aumentar las reservas monetarias para poder afrontar la demanda de dólares.
Las proyecciones privadas apuntan a una inflación mensual de 2.9% en noviembre y 3.2% en diciembre. Para 2024, el gobierno estima una inflación acumulada de 120%, muy por debajo del 211.4% registrado en 2023. Para 2025, la pauta presupuestaria fija una meta de inflación anual del 18.3%, aunque los pronósticos privados sitúan este incremento en torno al 31.4%.