Los préstamos que se pueden refinanciar incluyen hipotecas, préstamos para automóviles, préstamos para estudiantes, tarjetas de crédito y otros préstamos personales. La refinanciación es el proceso de reemplazar un préstamo por otro que tenga mejores condiciones, como una tasa de interés más baja, pagos mensuales más bajos o mejores condiciones generales. Los términos de un refinanciamiento pueden variar según el tipo de préstamo, pero generalmente se requerirán documentos para verificar los ingresos y el historial crediticio del prestatario. La refinanciación puede ayudar a reducir los costos de los préstamos, reducir los pagos mensuales y/o acortar el período de pago del préstamo.